La Zona de Confort

Algunos profesores se parecen a aquel comerciante que decía:
- Si yo vendo, lo que pasa es que no compran.
¿No compran? Habrá que preguntarse entonces si eso que vende el comerciante merece la pena ser adquirido. O si tiene un precio razonable. O si hay quien vende ese mismo producto a mitad de precio a dos metros de distancia. O si ese comerciante tiene un genio de mil demonios que hace que nadie pueda acercarse a él... 
También es cierto que puede haber alguien que no quiera comprar un artículo de primera necesidad porque dedica el dinero a bagatelas. O alguien que no quiera hacer el necesario  esfuerzo para tener dinero y poder comprar lo que verdaderamente necesita.
Hace unos años comencé el curso pidiendo a mis alumnos que respondieran por escrito a la siguiente pregunta: ¿Cómo me defraudaría mi profesor este curso? Les dije que leería todas las respuestas y que dialogaría sobre su contenido con ellos. Porque bien pudiera ser que no quisiera aceptar algunas de sus pretensiones. 
Les dije que yo también escribiría argumentando mi respuesta a esta cuestión: ¿cómo me defraudarían mis alumnos y alumnos durante el curso? Y les pediría que criticasen mis planteamientos. Y así lo hicimos.
Cuando alguno me dijo que le defraudaría si no tuviese claro cómo obtener fácilmente una buena nota, le conté la historia de un profesor que invitó a un alumno a comer en el campus universitario.
El alumno pidió como postre, un melocotón. El profesor le preguntó si le dejaba pelarle el melocotón. Y luego le pidió que se lo pudiera partir en trocitos para que lo comiera mejor. A continuación le dijo si le parecería bien que se lo masticase y se lo diera en papilla. El alumno rechazó con asco la propuesta.
El profesor dijo entonces que eso era lo que le había pedido horas antes cuando le dijo que le explicase cómo obtener un sobresaliente de forma fácil.
Cuando leí mi documento y alguien oyó que les decía que me defraudarían si les viese obsesionados por las notas y poco por el aprendizaje, alguien dijo que cuando salía una plaza de profesor en mi Departamento se pedía el expediente y los méritos pero que importaba muy poco que tipo de persona se era. Sugerí entonces que una comisión mixta (alumnos/as y profesor) respondiera a esta tercera cuestión: ¿cómo nos defrauda el sistema educativo a ambos?.
Para finalizar, hay que incrementar el valor de uso frente al valor de cambio. Hay que cultivar el deseo de ducharse aunque no venga de visita la tía y hay que despertar la pasión por el conocimiento aunque no tengamos examen.
Gracias MAS...

      Raúl Martín Campoy.


Comentarios

Entradas populares